Se suele hablar –por lo general, de manera crítica– de “el” discurso de los medios. Sin embargo, si miramos detenidamente alguno de ellos, veremos que está conformado por materiales muy diferentes entre sí, desde las crónicas hasta el horóscopo, pasando por la historieta, los avisos publicitarios y los editoriales. Todos ellos son géneros discursivos.
Los géneros discursivos son –según la definición del lingüista soviético Mijail Bajtín– “tipos relativamente estables de enunciados”, es decir, tienen rasgos que se mantienen de manera más o menos constante, lo que nos permite distinguirlos y a los que resulta útil considerar a la hora de analizarlos.
Cualquier medio de comunicación es, por lo tanto, un conjunto complejo de géneros discursivos diferentes. Yendo puntualmente al discurso clásico periodístico, se puede establecer una primera distinción:
Géneros narrativos, que cuentan un suceso de actualidad (como la crónica o la noticia de interés general) y
géneros argumentativos, en los que se evalúa un evento o una situación consideran ya conocida y fundamentan sus puntos de vista (como el editorial o la nota de opinión).
Vamos a detenernos a comentar las características centrales de algunos de ellos, como la crónica periodística, el editorial, las notas de opinión o las imágenes, que también conforman un género discursivo.
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