14 de abril de 2013

Novela y poesía en el exilio


Los escritores del exilio siguieron escribiendo en los países elegidos como residencia, tomando como tema el canto a España, motivo de su nostalgia.

La novela en el exilio

La novela de los años treinta, como la poesía, había tendido hacia la rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años veinte. En esta línea se encuentra la literatura de Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala, Rosa Chacel, etc., quienes, al acabar la guerra, marchan al exilio por su apoyo a la República. Su obra se realiza al margen de la literatura que se hace en España y, en general, tratan con insistencia sobre el tema, de la guerra. Otros narra­dores escriben toda su obra en el exilio, como Manuel Andújar.





Autores destacados:
a) Ramón J. Sender (1902-1982)



Es el autor más representativo de la novela en el exilio. Su obra, caracterizada por el compromiso ideológico y por el uso de una personal técnica realista, es muy extensa y variada.

Comenzó su carrera novelística en los años treinta con novelas históricas de compromiso social. Son suyos títulos como Imán (1930), Siete domingos rojos (1932) o Mr.Witt en el cantón, premio Nacional de Literatura de 1935.

En el exilio escribió decenas de novelas en torno a tres grandes temas: la evocación autobiográfica (Crónica del alba, 1942), la Guerra Civil(Réquiem por un campesino español, 1953, que es su obra maestra) y la América española (Epitalamio del Prieto Trinidad, 1942).

b) Francisco Ayala (1906)


Narrador y crítico español nacido en Granada en 1906 y graduado en Derecho por la Universidad de Madrid en 1929, de la que fue catedrático en 1933. Antes de la guerra participó en los movimientos vanguardistas de los años veinte, con una narrativa deshumanizada y experimental.

Debió exiliarse durante la Guerra Civil y, finalizada ésta, se instaló en Argentina. En 1950 trabajó en la Universidad de Puerto Rico y en 1958 en universidades norteamericanas. En el exilio, publicó dos colecciones de relatos breves, Los usurpadores (1948) y La cabeza del cordero (1949), ambientados en diversos momentos de la historia de España.

Son importantes también dos novelas que analizan críticamente una ficticia dictadura hispanoamericana: Muertes de perro (1958) y El fondo del vaso (1962). A lo largo de toda su obra, Ayala ha mostrado un especial cuidado por el estilo y el lenguaje.

En 1991 recibió el premio Cervantes.

c) Rosa Chacel (1898-1995)


Rosa Chacel también siguió las tendencias deshumanizadoras y vanguardistas en sus primeras obras.

Inicia su obra en la estética vanguardista, antes de la guerra y en el exilio publicó unas cuantas novelas realistas, de estilo muy cuidado y ritmo lento. No tratan de temas sociales, ni siquiera de la Guerra Civil, sino que se centran en el minucioso análisis psicológico de los personajes femeninos.

Destacan: Teresa (1941), basada en la vida de la amante de Espronceda, y Memorias de Leticia Valle (1946), que narra el despertar amoroso de una adolescente.


La poesía en el exilio


Juan Ramón Jiménez y la mayoría de los poetas de la generación del 27, dispersos en el exilio por distintos países, prosiguen cada uno sus propios caminos poéticos.

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