10 de octubre de 2013

La Cenicienta Pictograma


Hubo una vez una joven  muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijashijas, muy feas. Era joven  quien hacía los trabajos más duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban
Cenicienta cenicienta.
Un día el rey de aquel país anunció que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jovenes doncellasjovenes doncellas casaderas del reino.
Tú, cenicienta, no irás -dijo la madrastra-. Te quedarás en casa fregando el suelo y preparando la cenapara cuando volvamos.
Así, llegó el día del baile y cenicientaapesadumbrada vio partir a sus hijashijas hacia el palacio Real.
Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus llorando.
¿Por qué soy tan desgraciada? -exclamó-.
De pronto se le apareció su hada madrina.
No te preocupes -exclamó el hada madrina-. Tu también podrás ir al baile, pero con una condición, cuando el reloj del  palacio dé las     docedocecampanadastendrás que regresar sin falta. Y tocándola con su varita mágica  la transformo en una maravillosa joven cenicienta maravillosa, también transformo una calabaza en una preciosa carrozapara poder ir al baile.
La llegada de joven cenicienta maravillosa al palacio causó honda admiraciónadmiracion. Al entrar en la sala de baile, el rey quedó tan enamorado, prendadode su belleza que baile con joven cenicienta maravillosa toda la noche. Sus hijashijas no la reconocieron y se preguntaban quién sería aquella joven cenicienta maravillosa.
En medio de tanta felicidad , joven cenicienta maravillosa oyó sonar en el reloj del  palaciolas docedocecampanadas.
¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! -exclamó-.
Como una exhalación atravesó el salón y bajó la escalinata perdiendo en su huída un zapato, que el rey recogió asombrado.
Para encontrar a la bella joven cenicienta maravillosa, el rey ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato.
Envió a su  heraldo a recorrer todo el Reino. Las jovenes doncellasjovenes doncellas se lo probaban en vano, pues no había ni una a quien le fuera bien el zapato.
Al fin llegaron a casa de joven cenicienta maravillosa, y claro está que sus hijashijas no pudieron calzar el zapato, pero cuando se lo puso joven cenicienta maravillosa vieron con estupor, enfado que le entraba perfecto.
Y así sucedió que el rey se casó con la joven cenicienta maravillosa y vivieron muy felicidad.
cenicienta con el rey felices

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