13 de agosto de 2012
Telón. Último caso de Poirot
Por segunda vez en Styles, escenario del primer éxito de Poirot, se iba a cometer un asesinato. El asesino ya había matado impunemente en cinco anteriores ocasiones, y como todos los criminales, se creía más inteligente que nadie. Y eso es algo que Poirot no puede consentir, así que ha vuelto a Styles, junto a su fiel compañero, el Capitán Hastings, para localizar al asesino. Pero el detective es ahora un inválido condenado por la artrosis a una silla de ruedas y con un corazón enfermo.
Lo único de su persona que se mantiene en forma es el cerebro, sutil, vivo, astuto y sagaz. El detective belga se da perfecta cuenta de que éste será su último caso, el más interesante de todos, también. El asesino con el que se las ve ya le ha burlado varias veces, y es que tiene una técnica casi sin fallos, se podría decir que ha ideado el crimen perfecto. Lo cual despierta la admiración de Poirot, aunque asimismo constituye un desafío que el detective no puede rehusar. Porque para un detective no puede existir el crimen perfecto.
Pese a estar con los cinco sentidos alerta Poirot no logra evitar que el homicida golpee de nuevo. Pero ese sí que será su último delito, el que permitirá a Poirot obtener su último triunfo. Inmediatamente después, el telón de la muerte cae sobre Poirot.
Con la publicación de "Telón", Agatha Christie acabó con su más célebre personaje literario, Hercule Poirot, el cual había alcanzado tanta fama que se convirtió en el primer personaje ficticio honrado con un obituario en el New York Times.
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